Salud Socioambiental
Desde 2004 se creó la materia electiva de Salud Socioambiental con el fin de formar sujetos críticos capaces de relacionar problemas ambientales con decisiones políticas
Introducción
Modulo 1
Construcción del Conocimineto
Módulo 2
Soberanía Alimentaria
Módulo 3
Salud sin Daño
Módulo 4
Salud, hábitat y habitos urbanos
Módulo 5
Geopolítica y Salud
A continuación se presenta la fundamentación completa de la materia, con la introducción y descripción de los 5 módulos que la componen. Las clases se dictan en modalidad mixta: presencial en las aulas de la Facultad de Cs. Medicas (UNR) y virtual mediante la plataforma educativa.
La salud socioambiental emerge como un campo de conocimiento crítico que cuestiona las nociones reduccionistas y las lógicas hegemónicas que han guiado históricamente la formación en ciencias de la salud. Frente a las miradas fragmentarias y simplificadoras del paradigma cientificista clásico, la salud socioambiental plantea una visión compleja e integral de los procesos de salud-enfermedad. Este enfoque reconoce que la salud humana se encuentra intrínsecamente vinculada a las cuestiones ambientales, siendo imprescindible trascender el concepto de “medio ambiente” que ubica al ser humano al margen de la naturaleza. Desde una perspectiva biocéntrica, nos asumimos como parte constitutiva de los ecosistemas y las comunidades de vida.
Asimismo, la salud socioambiental propone superar la lógica dialéctica del proceso salud-enfermedad, apostando por una comprensión dialógica y pericorética que reconozca las múltiples dimensiones y determinaciones que intervienen en dichos procesos. Las problemáticas en torno a la salud colectiva no pueden escindirse de los contextos socioculturales, las políticas públicas, los modelos económicos y las relaciones de poder en las cuales se inscriben.
En un momento de crisis civilizatoria donde los problemas ambientales se entrelazan profundamente con las inequidades en salud, urge formar profesionales críticos capaces de analizar estos nudos problemáticos desde la complejidad ambiental y el pensamiento situado latinoamericano. Sólo así podrán desnaturalizarse las construcciones ideológicas del “pensamiento único” neoliberal que mercantiliza la vida.
La universidad pública tiene la responsabilidad de promover esta apertura epistemológica en la formación, permitiendo que los futuros médicos y médicas puedan contextualizar e interrelacionar cabalmente los determinantes políticos, económicos, socioculturales y ambientales que definen los perfiles epidemiológicos de nuestros territorios.
La construcción del conocimiento es un proceso complejo que requiere analizar críticamente los paradigmas y verdades establecidas. No existe una única forma de conocer, sino una pluralidad de perspectivas y enfoques que deben ser considerados. Las relaciones de poder han moldeado históricamente la producción de saberes en las ciencias de la salud, privilegiando algunos e invisibilizando otros. Se han dado procesos de colonización no solo de territorios, sino también de conocimientos y prácticas ancestrales.
Dentro de las propias instituciones formadoras de profesionales en salud, persisten concepciones hegemónicas sobre lo que se entiende por “salud”, muchas veces desconectadas de los contextos socioambientales donde se inscriben los procesos de salud-enfermedad. Es fundamental replantearnos continuamente qué entendemos por conocimiento válido y cómo se construye. Repreguntar, problematizar y mantenernos abiertos al diálogo y al mutuo aprendizaje son ejes clave para una construcción colectiva y multidimensional del saber.
En este módulo, proponemos deconstruir los procesos históricos que configuraron los modos dominantes de producción de conocimientos en salud. Solo reconociéndonos inmersos en esos contextos podremos tomar una posición crítica y convertirnos en verdaderos actores sociales capaces de transformar las prácticas y marcos conceptuales hegemónicos. La construcción de un conocimiento situado, transdisciplinar y orientado a las necesidades de las comunidades requiere replantearnos constantemente nuestra propia formación académica. Invitamos a emprender colectivamente esta tarea de apertura epistemológica.
El presente módulo aborda la problemática de la soberanía alimentaria y su estrecha vinculación con la salud socioambiental desde un enfoque crítico e interdisciplinar.
Los sistemas agroalimentarios dominantes, insertos en la lógica del capitalismo neoliberal, el extractivismo y el patriarcado, han demostrado ser insostenibles e insalubres tanto para el ambiente como para la salud humana. Frente a este modelo hegemónico, se vuelve urgente repensar nuestras formas de producción, distribución y consumo de alimentos bajo nuevos paradigmas.
La soberanía alimentaria emerge como un concepto clave para comprender esta crisis civilizatoria y como una alternativa contrahegemónica al sistema agroalimentario industrial. Implica el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias alimentarias desde una perspectiva de sustentabilidad ecológica, equidad social y revalorización de los saberes ancestrales.
Resulta indispensable visibilizar la histórica vinculación entre la subordinación de la naturaleza y la opresión de los cuerpos femeninos, étnicamente diversos y empobrecidos. El ecofeminismo evidencia estos entrecruzamientos y aporta miradas situadas para reconstruir nuestras relaciones con la tierra y con la vida misma.
Desde este módulo, proponemos analizar críticamente el denominado “proceso de salud-enfermedad-atención-cuidado” a la luz de estos nuevos paradigmas contrahegemónicos. Abordaremos la agroecología como un enfoque transdisciplinar orientado a sistemas alimentarios soberanos, diversos y biodiversos.
Invitamos a repensar nuestro rol como futuros profesionales de la salud, reconociendo la complejidad de las determinaciones socioambientales sobre los procesos de salud colectiva. Sólo al deconstruir las lógicas de la modernidad/colonialidad podremos construir nuevos horizontes para una vida digna en armonía con la Madre Tierra.
El presente módulo aborda una problemática de creciente preocupación en el campo de la salud pública: los potenciales daños derivados del propio sistema biomédico hegemónico y de las prácticas asistenciales convencionales.
Desde el advenimiento de la teoría microbiana y el paradigma bélico de erradicar “patógenos” con antimicrobianos, se ha consolidado una mirada reduccionista que invisibiliza la complejidad de las interacciones ecológicas entre los microorganismos y los sistemas biológicos. Si bien esta aproximación permitió avances terapéuticos contra muchas enfermedades infecciosas, también trajo consecuencias no anticipadas como los efectos adversos de los antibióticos y, más grave aún, la creciente resistencia bacteriana que ha puesto en jaque la eficacia de estos fármacos.
Las nuevas investigaciones en microbiología están evidenciando el rol fundamental del microbioma humano para nuestra salud y el delicado equilibrio con las comunidades microbianas comensales. Comprender esta dimensión ecológica y los mecanismos evolutivos detrás de la resistencia antimicrobiana se ha vuelto un imperativo urgente.
Pero la iatrogenia y los potenciales riesgos para la salud no se limitan sólo al uso inadecuado de antimicrobianos. Diversas sustancias químicas de uso corriente en el sector salud como mercurio, dioxinas, disruptores endócrinos, entre otros, plantean serios cuestionamientos bioéticos que deben ser analizados críticamente. Asimismo, es necesario interpelar los intereses económicos y las prácticas del complejo médico-industrial farmacéutico que muchas veces riñen con el principio de “no hacer daño” y con una real prevención de la enfermedad.
En este módulo nos proponemos deconstruir la noción hegemónica de una “medicina basada en la evidencia” para reconocer otras racionalidades, saberes y principios éticos orientados a una práctica de la salud que priorice el cuidado integral sin dañar.
En el presente siglo, más de la mitad de la población mundial habita en áreas urbanas, convirtiendo a las ciudades en el nuevo hábitat ‘natural’ de la especie humana. Los territorios que habitamos definen nuestros modos de transitar los ciclos vitales, nuestros procesos de salud-enfermedad-atención y nuestras formas de enfermar y morir. Pero ¿quién define y cómo se definen actualmente estos territorios urbanos?
Las formas de organización y los modos de vida en las ciudades determinan nuestra alimentación, nuestros medios de transporte, nuestras relaciones sociales y, en definitiva, condicionan nuestra salud individual y colectiva. Las “nuevas epidemias urbanas” expresan patologías estrechamente vinculadas a problemáticas socioambientales que se intensifican con los procesos de urbanización descontrolada que acontecen en las grandes urbes.
En este contexto, se vuelve imprescindible analizar las lógicas y políticas extractivistas que impulsan los diversos niveles del Estado y que dan lugar a la mercantilización extrema de la vivienda, la especulación inmobiliaria, la apropiación de espacios públicos y la destrucción ambiental en las ciudades. El “extractivismo urbano” o “urbanismo neoliberal” reproduce la misma lógica depredadora del agronegocio y la megaminería, reconfigurando negativamente los territorios.
Frente a este modelo hegemónico, se alzan las luchas por el derecho a la ciudad y por una democratización radical del hábitat urbano que rompa con los parámetros de la “ciudad moderna” y apunte hacia la construcción de urbes sustentables, solidarias y donde la ciudadanía se apropie activamente de los bienes comunes.
Desde una perspectiva biocéntrica que concibe la salud humana interrelacionada con la “salud de los ecosistemas” y la “salud de las relaciones”, este módulo se propone interpelar los hábitos nocivos y las dinámicas insalubres que impone el habitar urbano capitalista, extractivista y antropocéntrico actual. Sólo rearticulando la multiplicidad de resistencias urbanas y rurales frente al despojo de territorios, podremos avanzar hacia nuevos horizontes de convivencia armónica con la Naturaleza y la sustentabilidad de la vida.